JULIÁN, OLE TU, TORERO, TORERO!
Hay que saber sufrir de alegría
y de indignación por el artículo publicado hoy por Diario El Tiempo de Bogotá, pocas
veces se habla de la realidad de ser un torero, y la valentía que arroja pertenecer
a una de las expresiones artísticas mas complejas.
Yo, al igual que el Julián López
“El Juli”, Luis bolívar, o Alejandro
Talavante hago parte de aquellas personas a las que se insulta y se maldice por
amar la fiesta y ver en ella la vida, el arte y la estética en su mayor expresión.
Joaquin Sabina, un escritor
torero, nos enseño sobretodo a los taurinos que es mentira que seamos mejores
toreros con toros de verdad, y es que la fiesta brava se volvió en manos y en
boca de todos, un asunto de cacofonía y de quien más repita es el que más sabe.
No se entiende el toreo, no se estudia el toreo, pero sin conocerlo todos
despotrican de él como si les pagaran por hacerlo; es más, sufrimos de un movimiento
que defiende por defender, lo cual es gravísimo.
Bastante dura y enérgica es la
posición de Julián López con respecto a la fiesta brava, y eso me llena de alegría.
Encontrar palabras llenas de temple y de voracidad fría y bien pensada es un
milagro hoy día, sobretodo cuando se trata de hablar de la fiesta de los toros
y la muerte del animal. Como taurina me resulta imposible que el torero se
juegue la vida sin tener la oportunidad de matar a la muerte, el hecho de dejar
vivo el animal es desfigurar el rito y el sacrificio de la belleza.
Maestro Cesar Rincón, mi admiración
y respeto por su arte no es mayor que por la fiesta brava en su conjunto, de
todo corazón y razón, no estoy de acuerdo con que el toro tenga que salir vivo
de la plaza, además de nada sirve que así sea, pues lo más seguro es que el
animal termine en cualquier matadero, tanto usted como yo sabemos que un toro
nunca es lidiado dos veces; el toro es un animal inteligente, despabilado y
resabiado que en su naturalidad busca la lucha, basta ver correr a un toro detrás
de los caballistas que en campo abierto lo sacan a pasear para darse cuenta de
su bella violencia y su poética alevosía.
Por otro lado, me indigna que
la cultura taurina este en manos de la política y no de la cultura, el
patrimonio y la defensa de las tradiciones. Cuando las personas, que no saben
de lo que hablan, dicen que hasta en España las corridas de toros se están acabando,
no conocen ni por encima el trasfondo político de lo ocurrido. Para resumirlo
más no para explicarlo debo decir que los toros en Cataluña se acabaron por
vanidad, por política y por ser un símbolo de la España de la que hoy los
catalanes quieren ser independientes.
La situación política de la
ciudad nos esta privando de la fiesta brava, una fiesta que muy al contrario de
lo que nos quieren hacer creer, nunca agoniza, pues cada temporada la plaza
esta a reventar tanto de asistentes a las corridas como de aquellos que viven
de la temporada, pues son más de 5000 familias las que hasta el año pasado encontraron
en la temporada taurina el sustento de sus familias.
De forma arbitraria, de eso
dan fe los contratos y acuerdos rotos por la alcaldía, nos arrancaron la oportunidad
y la libertad de ir a los toros, sin nunca la administración distrital pensar en
la forma de sacar el mayor provecho a la fiesta de los toros en Bogotá.
¿Nunca se les ocurrió que las
toneladas de carne que salen de la plaza podría ser parte de la alimentación de
las familias que viven en extrema pobreza en la ciudad? ¿Nunca pudieron hacer
una campaña que no defendiera los toros, pero si la tradición y de paso hacer bien
a quienes más lo necesitan?
Aborrezco la falta de criterio
de los animalistas y los políticos que con su doble moral defienden miserables
ideas de las que hacen bandera. Señores, las ideas más miserables siempre serán
las que no pueden ser argumentadas, ustedes y yo sabemos que casos como esos
son pan de cada día y al que le caiga el guante…
Por fortuna hay toreros como Julián
López dispuestos a defender los ideales de una afición y con la capacidad de hablar
con los pies en el albero, afortunadamente aún existen quienes defienden sus ideales
y los de la afición.
Por la libertad, la profesión y
el respeto a la cultura, SI A LOS TOROS EN BOGOTA!
JULIÁN, OLE TU, TORERO, TORERO!