“Y me senté a llorar como una tonta, como si algo estuviera roto;
y aun así no me sentía del todo triste ”
Tu libro, “Y de repente, un ángel” me ha gustado, he sido feliz y he llorado desconsoladamente, no pude ignorar los sollozos, simplemente no lo logre, fue simple y a la vez lleno.
Siento que me duele algo y a la vez no estoy segura de que sea dolor lo que me inunda.
Te mando besos, uno por mejilla, y te digo gracias: ojalá esta nota un día llegue a ti y pueda ser leída.
Fuerte abrazo,
Sollozo abrazo.
• S A M A R A •